Tengo una risa magistral para llorar tu soledad...

viernes, 22 de febrero de 2013


No te necesito aunque te recuerde,
y aunque te recuerde, aprendí forzosamente a no necesitarte.
Aprendí a caminar sin ti,
pero aun no he aprendido a caminar sin ti, mientras merodeas en mi memoria.
Me acompañas refugiada en mi cabeza a todas partes,
como lo hace esa silueta negra que me persigue en el suelo,
o esa inmunda soledad que me persigue hasta en mis sueños.
Me desespera de tal manera que a veces pienso en golpearme la cabeza hasta que salgas así sea chorreada en sangre.
No te necesito aunque te recuerde,
pero necesito arrancarte de mi cabeza, para ver si dejo de escribirte

No hay comentarios:

Publicar un comentario