El ponerle fin a algo que nunca existió, o más que nada eliminar cualquier esperanza oculta fue devolverme a aquél día donde me quebraron, desde donde no me he podido reconstruir totalmente.
Y el vacío que siento en el pecho no sé de donde proviene, si del rememorar esa agonía o de esta nueva.
Que ganas de putiar, que ganas de llorar, que ganas de no estar fallada.
No hay comentarios:
Publicar un comentario